Formando círculos de harina y rellenándolos con ingredientes tan diversos como papas, huevos, carne, mariscos, vegetales, etc, se hace una empanada, palabra que viene de la idea de cubrir con pan. De este plato hay registros históricos que se remontan hasta el siglo XIV, cuando en España se comían rellenas por ejemplo de mariscos, alimento altamente abundante en la península ibérica.
Se cree que las empanadas comenzaron a hacer parte de la cultura gastronómica española a través de la presencia árabe, pues se sabe que los cocineros de esta cultura oriental las hacían con carne de cordero y variadas especias. Antes de ello, se tienen datos de platos semejantes a empanadas en Grecia.
En la actualidad existen manifestaciones culturales alrededor de las empanadas en distintos lugares del mundo: el calzone italiano, las empanadas argentinas y chilenas, el Festival de la Empanada, en Galicia (España) y, en general, la costumbre de reunirse alrededor de una empanada grande como plato principal o las empanadas pequeñas para ser consumidas como pasabocas, son todas formas de disfrutar de un plato versátil y variadísimo en sus sabores.
En Colombia, por supuesto, se recuerda con cariño cómo las comunidades han levantado iglesias y obras diversas mediante la venta de empanadas, y esas “empanadas de iglesia” hacen parte de la cultura popular. Ese espíritu de unión y solidaridad alrededor de esta delicia se puede evocar en Houston, donde, en Distribuidora del Valle, las empanadas hacen parte de esas comidas que se saborean recordando nuestros orígenes.